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martes, 22 de marzo de 2011

Un mimo perdido en el pasaje Carabobo


Mientras caminaba por el pasaje Carabobo en búsqueda de un personaje, veía personas de todo tipo transitando el lugar.

- “Sí, a la orden, llévelo, llévelo…”, es lo que se escucha en este pasaje.

Vendedores de dulces, mangos, Bonice, sim card de celular, zapateros y cantantes son algunos de las personas que se ganan la vida de ambulando por esta concurrida calle. Negocios hay de todo tipo desde almacenes de blusas de 5000 hasta jeans de marca, instrumentos musicales, accesorios de celular, la venta de zapatos, entre muchos otros.

Caminé varias veces entre el circo de Carabobo, observando malabaristas tratando evitar chocarse con las demás personas, viendo como las cosas desaparecen y aparecen sin ningún aviso, pero aun no encontraba mi personaje.

Encontré un mimo que al decirle lo que necesitaba empezó a tratarme de decir en medio de poses y piruetas, que si le iba a tomar fotos, necesitaba algo a cambio, que noté muy bien que era cuando sus manos hicieron el movimiento del signo pesos, lo pensé detenidamente y seguí mi búsqueda.

Sin palabras

Más adelante un hombre caminaba a mi lado imitándome y me puso una carita feliz en el bolso, yo saque las pocas monedas que me acompañaban y se las di.
¿Se deja tomar unas fotos?, le pregunté.

Él muy cordialmente me dijo que sí. 

Yo buscaba un personaje autentico y evidentemente lo encontré. Me decidí por él porque a diferencia del anterior no pidió dinero por fotografiarlo.

Al tomarle las fotografías, me dio curiosidad saber quién era, pero como es un mimo no podía cruzar palabra conmigo. En medio de señas me contesto las preguntas que en el momento se me ocurrieron.

Sus ojos claros reflejaban un poco de angustia, supongo que se encuentra en medio de dificultades. Su nombre no lo sé, donde vive tampoco, pero si sé que tiene dos hijos una niña de 3 años y un niño de 5.

¿El dinero que gana en esta labor le alcanza para sostener a su familia?

Me dijo que no. Él como muchas personas del circo de Medellín viven del rebusque y como hay días que no le va nada bien, lava carros en la tarde.




                                                                                                                                    

Este mimo indudablemente es una persona muy humilde, lidia con gente de mal humor, que lo insulta, lo mira feo y muchas veces lo ignora. Pero él persiste. Todos los días se levanta con la ilusión de alegrarle el ratico a alguna persona y que apoye su trabajo.

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